domingo, 8 de noviembre de 2009
RURRENABAQUE. AMAZONAS 3-6 NOVEIMBRE 2009
Ante la expectativa de otras 20h de autobús, y ya llevamos 72 en Sudamérica, decidimos ir en avión... bueno o algo parecido. Se trataba de una avioneta de hélices donde apenas cabían 19 pasajeros, con ella cruzaríamos la cordillera de los Andes, rodeados de picos de 6000m para descender hacia el río Beni, afluente del Amazonas. Nuestra sorpresa al llegar al aeropuerto de Rurrenabaque fue que la pista no era si no una pradera cortada en medio de la selva!!!
En principio nuestra idea era ir a ver las pampas, que está repleta de animales (anacondas, delfines rosados, caimanes, pirañas y un muy largo etcétera), lo que pasa es que la realidad pudo con nosotros. Al llegar nos encontramos con un tour megaturístico donde uno iba a tener que pelearse por verle los dientes al caimán... además se está produciendo una gran presión sobre el medio y los animales están empezando a sufrir las consecuencias... total que encontramos la agencia Mashaquipe, que es una familia indígena (Takanas) que tiene una cooperativa que da empleo a muchos otros indígenas. Nos propusieron pasar tres días en la selva con ellos, conociendo sus costumbres y viendo como viven realmente en la selva... así que nos lanzamos a ello y el martes a las 9:15 (como buenos españoles llegamos 15 minutos tarde) estábamos montados en la canoa para subir por el río Beni hasta el Tuichi (rió bravo, en takana) donde tendríamos nuestro asentamiento. Por el camino pasamos por una comunidad indígena que se dedica al cultivo de caña de azúcar y pudimos ver como la trabajaban... y tomarnos un zumo de caña de azúcar con lima que ummmmmmmmmmmmm. Cuando llegamos al asentamiento nuestro guiá (El Negro) nos explicó las opciones que teníamos: dormir en las cabañas y hacer una excursión nocturna para ver los usos que les dan a las plantas de la selva o directamente dormir en la selva con el mosquitero... por supuesto nos fuimos a dormir a la selva, de camino pudimos ver monos león, monos aulladores y escuchar el ruido que hace la selva... que más o menos es como la Gran Vía de Madrid pero en vez de ruido de coches es de pájaros e insectos... ¿igual pero diferente no?
Al fin encontramos un sitio donde podríamos dormir, montamos las mosquiteras y cenamos a la luz de las velas. De noche salimos a sentir la selva y lo que sentimos fue un acojone que no veas... las últimas palabras del guía antes de acostarnos fueron “ahí hay algo grande... pero no se que puede ser” vamos lo mejor que te pueden decir para conciliar el sueño. Además aquí hay que decir que los indígenas son como los de las pelis... de repente se paran miran al cielo y dicen “viene un mono” y tú piensas “ya está el tío quedándose con los tonturistas” pero a los 15 segundos un mono salta de la rama y te pasa por delante, o sale corriendo detrás de un chancho (jabalí de la selva) y después de 20 minutos campo a través dice “andemos en esta dirección que encontraremos un camino”... y voilá, se hizo el camino.
Total que el miércoles amanecimos rodeados por las hormigas que querían comernos vivos... dimos un paseo por la selva en busca de algunas plantas y volvimos a desayunar al campamento. Se nos olvidó decir lo bien que se comía en el campamento, sin duda el mejor sitio de toda Sudamérica, fruta fresca, pescao, sopas, verduras, arroces, plátano frito, yuca... después de desayunar nos reunimos de nuevo con el Negro para organizar el día. Iríamos a buscar chanchos y ver otro tipo de selva por la mañana, volveríamos a comer, haríamos un poquito de artesanía y después de un baño en el río a dormir en una playa río arriba.
Nada más terminar de desayunar aparece corriendo nuestra compañera Claudine (de Quebec) gritando “señor guía, señor guía... tengo un problema, hay una tarántula en mi mochila” a partir de este momento el Negro paso a ser señor guía y nosotros a ser señores turistas...
La búsqueda de chanchos se convirtió en correr por la selva buscando el fétido rastro que van dejando y escuchándolos comer,..pero solo los vimos de refilón. Esa noche nos fuimos con la canoa a una playa río arriba para dormir a la luz de la luna. Después fuimos a buscar jaguares y a ver cocodrilos.... al comenzar el paseo nos dice el “señor guía”: ahora hay que cruzar este brazo de río andando,....veis esos ojos brillando en el agua, son cocodrilos y también hay pirañas y peces raya.....tener cuidado!!.....os podéis imaginar nuestra cara,..ammmm,..perfecto!......que miedo!!! .menos mal que los cocodrilos siguieron a su aire sin preocuparse por nosotros....la luna nos acompañó todo el paseo, junto con el sonido de la selva,...inolvidable. Pero los jaguares no se dejaron ver.
Esa noche Yoli las pasó dando paseos y con el estómago al revés...que de tanto sacar el culo los mosquitos pensaron que había banquete y se pusieron las botas. Hasta que Nicolas, otro de los guías, se dio cuenta y durante una hora le dio masajes en la tripa con alcohol, hojas de coca y tabaco,....que viciosa!!!! pero por cierto milagroso...le calmo bastante.
Esa mañana subimos a una montaña para ver el amanecer y un lugar donde los loros, guacamayos y tucanes anidan. El paseo fue impresionante, y ademas por el camino nos cruzamos con una manada de chanchos de unos 150 bichos,....que pasada!....
Después del paseo,para bajar al campamento teníamos que ir por el río Tuichi como una hora y media,....pero para ello primero teníamos que hacer una balsa de palos!!! y ahí que fuimos a trozos nadando a trozos en la balsa. Llegamos al campamento,...tuvimos comilona y continuamos con la balsa hasta el río Beni,..Al cabo de un rato la balsa ya se deshacía y mas bien íbamos todos nadando y aguantándola para que no se rompiese. Al poco llegó Elias con la canoa y ya terminamos nuestra travesía hasta Rurrenabaque,...con pena de dejar la selva...
Esa noche cenamos con los guías que se habían convertido en amigos y nos despedimos de la selva amazónica con un sabor muy especial.
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Buah.... como molan vuestros relatos. Parece que estamos en la selva con vosotros.
ResponderEliminarSeguir aprovechando que volver a la ciudad no mola tanto como todo eso que vivis.
Corcho Yoli, corcho es la solución. Que te mejores.
Abrazos y ánimos
Gracias por sus comentarios hacerca de su experiencia en la selva del Madidi.
ResponderEliminarWilmar Janco
Mashaquipe
hola chicos escribi ayer un comentario y mama otro esta noche pero los dos se borraron.deciamos que vuestras aventuras superan la realidad,creemos que cuando volvais podeis escribir un buen libro con vuestras aventuras por el mundo,si buscais patrocidanor tendreis exito en la literatura aventurera.seguir disfrutando de la aventura.besos.muakkkkkkkkkk.
ResponderEliminarBueno, me quedo con todo, hasta con los cocodrilos, pero con las hormigas NO, me niego, odio a esos pequeños insectos, jajajaja. Yoliii, eres una viciosilla, vas a venir enganchá. AMAZONAS!!!! que pasada, la selva, la aventura, el peligro y la excitación del momento, adrenalina puraaaa.
ResponderEliminarDisfrutar de Machuuuu. Un besinnnn a ti, a él y a ella
A mi, no me gusto la tarentula...!
ResponderEliminarPor favor.... :-S
JaJaJaJaJajaaaaa!!!
Claudine :-)
interesante la historia, chicos cuanto dinero les salio este viaje, yo salgo para rurre el 21 de mayo y me encantaria hacer el mismo viaje.
ResponderEliminarsaludos
Luis