DE ATACAMA A UYUNI. SALAR DE UYUNI 29-30-31 DE OCTUBRE LA PAZ 1-2 DE NOVIEMBRE

Y comenzamos el tour con un desayuno en la frontera boliviana a 4500mts. Tras esta parada nos recogió nuestro nuevo amigo Clemente que sería nuestro guía, conductor y papi durante los siguientes días... Condujimos por el desierto a más de 4000mts visitando la Laguna Verde, debida a la cantidad de sulfatos que se deposita en su fondo, los Geisers a 4900mts que entre la altitud, el azufre de los volcanes y mascar hoja de coca, más de uno decidió irse al coche vaya a ser que metiese la pata en uno de los agujeros donde el agua estaba a más de 100º. Nos relajamos a mitad de camino en unas termas de agua caliente y nos dirigimos a almorzar en un pequeño poblado donde dormiríamos más tarde. Tras la comida fuimos a visitar laguna Roja, que es de este color debido a la cantidad de algas que tiene en su interior, donde había enormes icebergs de borato.
Hasta aquí la niñas, Violeta y Yoli llevaban eso de la altura perfectamente, mejor que Javi hasta que a las 5p.m. Aunque la altura no afectara, el entrar en Bolivia y no tener el máximo control con los alimentos, hizo que Yoli tuviese diarreas durante el resto del día y la noche, hasta el punto de perder la cuenta en 20 visitas al señor roca... Violeta la acompañó a mitad de la noche, pero le bastó con un par de veces. Así que tras cuidar toda la noche a Yoli y no saber si abandonar el tour al día siguiente, decidieron retomar camino y aventura en el todo terreno de 5 estrellas de Clemente junto con nuestras compañeras de Dinamarca e Italia. Total que al final decidimos seguir el camino habitual ya que en el tiempo que pasó hasta nuestra partida Yoli mejoró mucho y el único centro médico decente cercano (6h) estaba en este camino. Pasamos por el árbol de piedra, formaciones de roca primitiva en medio de la llanura del altiplano desértico, donde aprovechamos para hacer un poquito de boulder (a 4500m de altitud) para luego continuar cruzando el desierto hasta por fin descender un poco a las lagunas altiplánicas, repletas de flamencos, que como nos explicaría Clemente son de tres tipos diferentes, Chilenos, andinos y no me acuerdo de los otros... el caso es que eran enormes, sobre todo los andinos, muy superiores a sus primos ibéricos. Condujimos por las faldas del volcán activo Ollagüe, con sus gigantescas fumarolas saliendo del cráter para descender sobre el salar de San Juan, que en este punto comeríamos e iríamos al centro médico. Por desgracia no había medico pero sí enfermero, nosotros esperábamos que le inyectasen suero a Yoli para hidratarla... pero el enfermero simplificó las cosas... bebe poco a poco y toma sopa. Pues ala pal hotel de sal.
En efecto en el hotel de sal todo estaba construido con ladrillos de sal, las mesas, sillas, camas, pasillos, paredes... en dichos ladrillos se podía identificar los estratos de ceniza de las erupciones de los volcanes cercanos en los últimos 40000 años.
Aquí pasamos la noche y disfrutamos de un amanecer único en el salar de Uyuni, 12000km cuadrados de sal, que contiene más de 50 millones de toneladas de sal, donde nos introducimos para hacer las famosas fotos fantasma, que como veis tienen un efecto óptico curioso. Visitamos la isla Inkahuasi, donde los cactus centenarios, algunos de 1200 años, teniendo en cuenta que crecen 1 cm al año hacer las cuentas de cuanto medían!!!
Después de más de 80km de conducción dentro del salar llegamos al cementerio de trenes y de ahí a Uyuni, donde buscaremos un autobús para ir de camino a la Paz... tras comparar precios en las compañías nos decidimos por la intermedia, ni el bus de tonturistas ni el de las gallinas. Lo que no nos habían avisado es que las cuatro primeras horas de viaje eran un rally por el desierto, cruzando ríos, dunas, caminos... lo mejor es que el conductor puso una película para entretenernos, que con los baches podéis adivinar como acabó... pues la televisión explotando. Aun que nos había prometido que el autobús no tenía paradas, nuestra sorpresa fue que el conductor paraba en cada esquina para subir nuevos pasajeros y ganarse un sobresueldo... hasta ahí todo bien, pero es que a mitad de viaje se subieron cuatro borrachos que se tiraron todo el viaje gritando hasta La Paz, osea que no pegamos ojo!!! Al llegar a La Paz, Carlos, un muchacho de Bolivia nos acompañó al hotel y nos enseñó un poco la zona centro. Una vez aquí buscaremos la mejor manera para llegar a nuestra próxima aventura.............................. el amazonas.