martes, 22 de septiembre de 2009

milford sound 16/09






Es en el sur de la Isla Sur, en su rincón más al oeste está Fiorland. No sabíamos que nos iba a sorprender tantísimo.

El acceso parece imposible, es una diminuta carretera que se va adentrando en una cordillera de montañas verticales nevadas en sus cumbres y que en sus faldas hay una exuberante selva con inmensas cascadas.

La carretera sube y sube hasta un puerto que muchas veces cierran por avalanchas, de pronto llega a una pared vertical con valles nevados preciosos y el único camino para cruzarla es un diminuto túnel casi tapado por la nieve. Al salir del túnel un cañón coronado con paredes de casi 1700m. y montañas inaccesibles, picos con formas increíbles... es un jardín vertical, y donde no hay nieve, hay selva, aun en las paredes verticales. Estos jardines, que llegan a formar valles colgantes empiezan siendo musgo, de ahí algunas plantas se anidan y luego se pudrirán formando materia orgánica y tierra, donde la semilla de los árboles germinarán y crecerán. Así en plena pared de roca se forma un espectacular jardín con matices tropicales y clima muy frio.

Ese mismo día cogimos un barco para ver el fiordo hasta su salida al mar, aunque no paraba de llover, pero nos encantó, le daba un toque mágico, parecía el fin del mundo... y como el capitán nos vio cara de estar un poco locos nos acercó hasta la base de las cascadas para que pudiéramos sentir como es que te caigan un motón de litros de agua encima,... aunque en realidad no sabemos si es que pensó que nos hacia falta una ducha, menudo remojon!

Tambien pudimos ver una colonia de focas jóvenes que viven permanentemente en el fiordo.

Es alucinante la profundidad y la magnitud del paisaje. El fiordo puede alcanzar mas de 333 metros de profundidad, y esta escoltado por paredes verticales de 1692 metros que se mantienen nevadas. Podríamos decir que es uno de los sitios mas increíbles que hemos visto.


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