El renacer de Federico Martín bahamontes "EL AGUILA DE TOLEDO"

Creo que no hace falta que cuente quien es bahamontes "El Aguila de Toledo"... pues resulta que me he convertido en una especie de rencarnación... pero no por mi calidad encima de la bici, que si ya es cuestionada en el surf en la bici ni te cuento..jejeje, de echo en vez de el aguila de Toledo me he autoapodado el Koala de Byron... a ver si con un par de semanitas en bici paso por lo menos a Kanguro!!!
Pues mi reencarnación en Bahamontes viene dada por la fantástica bicicleta "GUERINI" del año catchinpun que mi amigo Damian me ha dejado para salir en bici con él... el mamón va montao en un pedazo Bianchi con Compac que no veas!!! Resulta que en un viaje por Europa se compró la bici en Florencia, de quituagésimoquinta mano y se la trajo como recuerdo de la toscana... se podía haber traído un Ferrari el mamón!!!
Dicen que a caballo regalado no le mires el dentado... así que dos o tres días a la semana quedamos a las 6 de la mañana para ir a conocer los alrededores de Byron, normalmente le dejo en la academia de inglés a las 8 (es el director de Yoli, jejeje) y yo hago un poquito más a ver si me cunde.
En nuestras excursiones recorremos el cuanto menos curioso territorio que rodea a Byron, pasas de estar rodeado de prados con vacas a rodar entre plantaciones de café, para hacer una subida y encontrarte rodeado de bambú y al poco tiempo toparte con un eucalipto seco lleno de cacatuas negras gigantes que se rien al ver nuestro ritmo globero para el momento siguiente adentrarte en la selva del nightcap national cap y terminar en alguna de las plantaciones de citricos que tienen los hippies por aquí... Una cosa que no perdonamos nunca es tomar un cafe en alguna de las pocas poblaciones que encuentras en el camino.

Por "desgracia" (jejeje) he conocido a Braden, un Neozelandés de 22 añitos que me dijo de salir en bici una tarde. Ahí me planté yo con mi Guerini, en mi segundo día de bici en 7 meses y me encontré con la reencarnación de Armstrong, con su pedazo de bici y el manillar de triatlón para acoplarse en las rectas... en verdad solo le hizo falta una recta, porque a los 5 minutos yo ya estaba para ir al hospital. Total que después de una hora y media e tragar orgullo y dolor de piernas me dejó en casa listo para meterme en la camita como un bebé.

El otro día me llamó Alberto Contador preocupado por si me estaba preparando para el Tour del año que viene, le he dicho que duerma tranquilo, que el "Aguila de Toledo" volverá pronto a su nido invernal y se perderá entre las laderas de nieve, entonces puede que me reencarne en el "YETI DE LAS MONTAÑAS"...